Si quieres acelerar tu comprensión espiritual, una buena manera de hacerlo es hacer una fila larga en un lugar donde la atención es lenta.

Aprendí esta lección hace unos años durante una visita al DMV en plena pandemia . La recordé hace unos días en la oficina de correos. Al principio, no me desanimó ver una cola larga, ya que nunca había esperado tanto allí. Pero después de varios minutos, noté que no avanzaba. Al observar más detenidamente, vi que solo había dos empleados en lugar de los tres habituales. Además, cada persona que se acercaba al mostrador parecía tener una transacción compleja, con varios pasos.

Pensé en irme y volver más tarde, pero me preocupaba que la cola fuera aún más larga hacia el final de la tarde. Me quedé allí, sintiéndome cada vez menos libre.

Gran parte de mi frustración se debía a que quería que la línea avanzara más rápido, algo sobre lo que no tenía ningún control. De hecho, cuanto más me concentraba en la línea, más lento parecía todo. Me llevó un tiempo darme cuenta de lo obvio: solo había una cosa que estaba completamente bajo mi control: yo misma. Por supuesto, cuando me di cuenta, ya llevaba varios minutos enojada, cada vez más impaciente e irritada.

Quería recuperar mi paz y sentirme libre de nuevo. Al fin y al cabo, me di cuenta de que había decidido quedarme en la línea. Y saber que tenía esa opción me ayudó a comprender que también tenía otras. Podía optar por relajarme respirando profundamente. Podía elegir orar y bendecir a todas las personas de la fila, de mi vida y del mundo. Podía decidir pensar en lo que quisiera. El simple hecho de darme cuenta de esto hizo que olvidara mi frustración, lo que me ayudó a sentirme mejor y más libre.

La libertad espiritual siempre nos pertenece

Por supuesto, estar atrapado en una larga fila es apenas una molestia, una dificultad pasajera que pronto se desvanece en la memoria. Esto palidece en comparación con la falta de libertad, una realidad demasiado vívida para muchos en el mundo, ya sea por su identidad, ubicación, situación económica o salud.

Sin embargo, la verdad espiritual se aplica a todas las situaciones, desde las más insignificantes hasta las más trascendentales. Como cualquier otro atributo de la Divinidad —paz, amor, alegría, prosperidad—, la libertad siempre nos pertenece, es parte de nuestra identidad espiritual. Depende de nosotros afirmar esa libertad y usarla para reconocer que siempre somos libres de elegir nuestros pensamientos y utilizarlos para transformar nuestras vidas. Este es el primer paso para cambiar y, en última instancia, mejorar nuestras circunstancias externas.

Esto no implica juzgarnos a nosotros mismos ni a los demás, ni culpar a otros por circunstancias que están más allá de nuestra elección o control. Pero sí significa que podemos actuar con nuestra mente y corazón para imaginar la libertad y elegir pensamientos y sentimientos que nos ayuden a alcanzarla.

Así es como podemos experimentar una libertad duradera que no se ve afectada por las fluctuaciones del mundo. Así es como conocemos con una fe profunda que Dios es más grande que cualquier circunstancia terrenal. Así es como vivimos desde lo más profundo de nuestra divinidad, cada día del año.

Acerca del autor

La Rev. Teresa Burton es la editora de Daily Word®. Es una oradora dinámica y escritora inspiradora, ella hace que las enseñanzas de Unity sean fáciles de entender y divertidas de aprender. Antes de responder al llamado al ministerio, trabajó como editora durante más de 25 años en varios puestos en publicaciones impresas y digitales.

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