Si deseas experimentar una vida plena y abundante, permítele a tu mente y corazón recibir la generosidad del universo. Valora todo lo que tienes y deja que la Presencia Divina te guíe en cada momento. Fortalece tu fe a través de la oración y la meditación. Desde el momento en que te levantes, empieza a dar gracias, y verás cómo todo lo bueno se multiplica en tu vida.

La abundancia es mucho más que la riqueza económica.  La verdadera prosperidad reside en tomar conciencia de la abundancia de vida que siempre está presente. Al comprender que vivimos en un universo lleno de amor y generosidad, donde recibimos exactamente lo que necesitamos, podemos relajarnos y permitir que el sustento natural y el fluir de la vida se manifiesten en nuestras vidas.

El dinero en sí no tiene una naturaleza buena o mala, simplemente es un medio de intercambio. La verdadera abundancia consiste en comprender que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser en un océano de infinita prosperidad. Esta sustancia se compone de nuestra imaginación, pensamientos y emociones.

Si deseas experimentar una mayor prosperidad en tu vida debes estar dispuesto a liberarte de los pensamientos de carencia y limitación.  Empieza a “ver” las cosas de buena manera. Cuenta tus bendiciones. Ten una actitud positiva. Reconoce el esplendor de cada nuevo amanecer. Encuentra la belleza. Pasea por la naturaleza. Ríe, juega y celebra la vida.

Con un corazón agradecido comienza la práctica de la generosidad. Da lo que deseas recibir.  Puede ser algo tan sencillo como una sonrisa a un desconocido. Haz un regalo anónimo a alguien. Sirve donde haya una necesidad. Tu corazón empezará a abrirse de forma natural a la alegría que siempre está presente. Te darás cuenta de lo próspero que eres realmente.

Recuerda que la fe y la abundancia están estrechamente relacionadas. Al cultivar una mentalidad positiva, mantener una visión clara y tener intenciones definidas, practicar la gratitud y liberarte de creencias limitantes, además de poner en práctica la generosidad, podrás construir una vida próspera. Confía en la abundancia del universo.

Comienza tu día dando gracias. Aparta un momento cada mañana para dedicarlo a la oración. Imagina claramente lo que quieres lograr. Crea afirmaciones poderosas de la vida que deseas vivir. Siente como si ya fuera una realidad. Mantén fuertes tus músculos de la fe y lo lograrás.

Acerca del autor

La Rev. Elizabeth Longo es coach y consultora ministerial en el sur de Florida.

Rev. Elizabeth Longo

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