Hemos aprendido en Unity y en el movimiento del Nuevo Pensamiento que Jesús trajo una nueva comprensión espiritual al mundo. Él trajo una nueva forma de ver a Dios, Creador, y una nueva forma de ver nuestra relación con Dios.

Jesús generalmente se refería a Dios como “padre”, que en su época era un término muy positivo. Significaba alguien que era cabeza de familia, líder, guía, protector. La gente admiraba y tenía fe en sus padres. Con buena disposición, seguían el sabio consejo de un padre, pues sabían que nunca los llevaría por mal camino. Sabían que, independientemente de lo que hicieran o de lo que sucediera, su padre siempre los amaría y cuidaría de ellos.

Creo que Jesús quería que consideráramos a Dios en esos mismos términos. Jesús trajo a Dios del cielo para que su presencia y poder fueran accesibles para todos y en todas partes. Cuando pienso en la “Oración de Protección”, recuerdo esta nueva perspectiva que Jesús trajo al mundo. Esta oración lo abarca todo y en solo unas pocas líneas tipifica todo lo que Dios ha hecho, está haciendo y hará por nosotros. Aunque soy consciente de que Dios es espíritu y no una persona con género, esta oración me hace sentir cerca de su presencia y poder.

La luz de Dios me rodea

Cuando afirmo: “La luz de Dios me rodea”, me siento elevado porque reconozco que la oscuridad aparente que me rodea: el miedo, la negatividad y las dudas, no tienen poder sobre mí. En verdad, estoy rodeado por la luz divina del Cristo. Reconozco que la energía oscura y negativa son solo apariencias, pues estoy caminando en la luz. Me acuerdo de la escritura, “Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna” (1 Juan 1:5).

Cuando pienso en la “Oración de Protección”, recuerdo esta nueva perspectiva que Jesús trajo al mundo. Esta oración lo abarca todo y en solo unas pocas líneas tipifica todo lo que Dios ha hecho, está haciendo y hará por nosotros.

El amor de Dios me envuelve

Cuando afirmo: “El amor de Dios me envuelve”, me consuela saber que la presencia amorosa y el poder de Dios están conmigo, sin importar lo que esté sucediendo en el mundo. Es posible que las personas con las que me relaciono no estén de acuerdo conmigo o no les guste mis logros. Cuando hago esta declaración de la “Oración de Protección”, siento el amor, que es la esencia misma de Dios, en mi vida y me doy cuenta de que “si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros” (Romanos 8:31).

El poder de Dios me protege

Cuando afirmo: “El poder de Dios me protege”, recuerdo que, como ser humano, tengo un poder limitado en mi ser físico. Si me inclino a depender de mi inteligencia o de mi ego para pelear mis luchas diarias, esta afirmación me recuerda que no necesito librar mis propias batallas. Me recuerda que “ … mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo”
(1 Juan 4:4).

Dondequiera que estoy, está Dios

Las dos últimas líneas de esta oración son poderosas: “La presencia de Dios vela por mí” y “Dondequiera que estoy, está Dios”. La presencia de Dios representa la Totalidad de Dios, la Totalidad del Espíritu. Me asombra pensar que la Totalidad que creó el universo ¡vela por mí y por todos los demás en el mundo en todo momento! Guía, protege y sustenta a toda la humanidad. Es omnipresente en el sentido de que está presente en todas partes por igual y uniformemente. “Él estará contigo, y no te dejará ni te desamparará” (Deuteronomio 31:8).


Este artículo se publicó por primera vez en el folleto de Unity La Oración de Protección: Una querida oración que cobra vida.

Acerca del autor

El Rev. Saba Mchunguzi es ministro de Unity of Huntington en Huntington Station, Nueva York.
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