La larga historia de la crucifixión, sepultura y resurrección de Jesús es la historia de nuestras vidas. Resonamos con su pérdida, oscuridad y nueva vida porque pasamos por el mismo proceso una y otra vez en nuestras vidas humanas.

Todos experimentamos muertes: muertes de seres queridos, de esperanza, de planes; muertes de la vida tal como la conocemos cuando todo cambia; muertes de trabajos, de relaciones, de lo familiar. A veces experimentamos una crucifixión pública que se siente como si todos estuvieran mirando y burlándose: bancarrota, divorcio, arresto.

Aunque la Cuaresma se puede observar como un período para dejar ir y liberar lo que ya no nos sirve, a veces parece que no tenemos opción sobre lo que debemos liberar.

Buscando la luz de un nuevo día

Estas crucifixiones y estas muertes metafóricas, son tan dolorosas que después nos encontramos como en una tumba. Nuestras vidas están en el limbo. Debemos recuperarnos y reagruparnos. Esta es la experiencia que vivieron la madre y los discípulos de Jesús durante el Sábado de Gloria. Cuando su amado líder fue ejecutado como un delincuente común, su esperanza se perdió y todo lo que creían quedó en duda. ¡Debe haber sido un terrible período de dolor!

Pero siempre hay una resurrección. Ese es el mensaje de Pascua para nosotros. Nada permanece en la oscuridad para siempre. Siempre amanece un nuevo día. Se nos dan nuevos comienzos y frescas aperturas. El sol sale de nuevo. No hay nada tan doloroso en nuestras vidas que, de alguna manera, no pueda ser redimido por el bien y esa es nuestra oración desde la tumba: “Muéstrame el bien”. Entonces podemos empezar a crear un nuevo día.

La vida es eterna, mucho más allá de esta existencia física. En la tradición de Unity, la resurrección es la última enseñanza de Jesús para nosotros. El Jesús resucitado nos dice: Hay mucho más en la vida de lo que te has dado cuenta.

A través de los ciclos de tu vida, la historia de la Pascua puede hablarte de manera diferente en diferentes años:

Algunos años podrías estar en el Jardín de Getsemaní, en pánico por lo que temes que está a punto de suceder, preguntándote si tienes la valentía de abandonar la vida tal como la conoces por la promesa de la resurrección.

Algunos años podrías experimentar una crucifixión, con dolor, preguntándote por qué Dios parece haberte abandonado.

Es posible que en algunos años te identifiques con la afligida madre de Jesús y sus amigos después de su gran pérdida.

Algunos años puedes estar en una tumba, esperando y confiando en que hay algo más allá de esa oscuridad.

Algunos años puede que te regocije la promesa de la resurrección, de elevarte a ti mismo a una nueva vida.

Algunos años quizás conozcas el gozo de las mujeres que descubrieron que la tumba estaba vacía, al darte cuenta de que la situación no era tan mala como temías.

Algunos años, cada año, la Pascua puede recordarte tu propia divinidad y lo que significa en tu vida tu naturaleza espiritual. Cada año, puedes preguntar: ¿Qué me dice la historia de la Pascua sobre mí mismo como una expresión de Dios en forma humana?

Abraza el don de la vida eterna

Entre sus hermosas lecciones, la historia de Pascua revela que la muerte no es el final; es solo un evento físico. Les sucede a nuestros cuerpos y dentro de nuestras circunstancias humanas, pero no puede tocar nuestros espíritus, la esencia eterna de Dios que somos. La muerte en sus muchas formas —las personas, los lugares, las cosas, los pensamientos y los hábitos que debemos dejar ir— no deben temerse porque no podemos morir.

La vida es eterna, mucho más allá de esta existencia física. En la tradición de Unity, la resurrección es la última enseñanza de Jesús para nosotros. El Jesús resucitado nos dice: Hay mucho más en la vida de lo que te has dado cuenta.

Pone la divinidad a nuestro alcance. Nos recuerda que somos todo lo que fue Jesús y más, tal como él lo dijo. Nos permite saber que podemos sobrevivir a cualquier cosa, literalmente a cualquier cosa, porque siempre seguiremos viviendo de una forma u otra. Somos la energía de la vida porque somos parte de la única presencia y poder eternos en el universo.

Ese es un mensaje espectacular, de cualquier forma que lo mires, donde sea que estés en el ciclo de muerte, tumba y resurrección. Celebramos en esta Pascua a nuestro yo eterno y divino.


Este artículo apareció por primera vez en el folleto 40 días para dejar ir: Cuaresma 2023.

La Rev. Ellen Debenport es vicepresidenta de publicación y contenido en la Sede Mundial de Unity.

Acerca del autor

Ellen Debenport es una ministra de Unity desde hace muchos años que actualmente trabaja como vicepresidenta de Publicaciones de la Sede Mundial de Unity. Es autora de los libros en inglés Hell in the Hallway, Light at the Door y The Five Principles (Unity Books, 2009).

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