Antes de poder conectar con otra persona de forma sana y amorosa, necesitamos estar centrados en nosotros mismos. Jesús lo dijo así: “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33).

En Unity llamamos a esto conectar con el Cristo interior. Este proceso puede compararse con la búsqueda de nuestro ser auténtico, nuestro verdadero yo, nuestro ser divino. Cuando somos más conscientes de nuestra naturaleza espiritual, llevamos esta conciencia a nuestras relaciones. Se hace más fácil ver lo divino en los demás desde nuestro propio yo auténtico.

Aquí tienes tres pequeños pero importantes pasos que puedes dar, idealmente con otra persona, para encontrar este lugar auténtico en tu interior:

1. Cualidades

Haz una lista breve de tus héroes personales o personas a las que admiras. Pueden ser personas que sigan vivas o que ya hayan fallecido, históricas o ficticias. También puedes elegir aspectos de la naturaleza como árboles, océanos, ríos, lagos, el planeta Tierra o cualquier cosa que te guste.

Junto a cada uno de ellos, enumera brevemente las cualidades que admiras en ellos. Por ejemplo, si uno de tus héroes favoritos es Superman, al lado de su nombre puedes poner fuerte o valiente. Usa una o dos palabras para identificar los atributos o cualidades que admiras en las personas de tu lista: compasivos, llenos de fe, dignos de confianza, etc.

Ahora lee esas cualidades. Las palabras que has identificado para los demás describen cómo experimentas al Cristo dentro de ti, tu ser divino y auténtico. Estas son algunas de las cualidades que aportas a tus relaciones.

Cuando nos conectamos con nuestra verdadera esencia y buscamos unirnos con otros desde este lugar divino interior, nos encontramos en la presencia misma de Dios.

2. Dones

Tu ser auténtico, o el reino de los cielos en tu interior, es el lugar de la conciencia donde se encuentran los dones de tu alma. Tus sueños y pasiones revelan el que has venido a ser aquí. Para identificar tus verdaderos dones, reflexiona sobre las siguientes preguntas:

  • ¿En qué áreas has destacado a lo largo de tu vida?
  • ¿Cuándo has experimentado una conexión profunda con tu entorno y con los demás, viviendo momentos extraordinarios?
  • ¿Cuán has experimentado momentos en los que todo parecía fluir perfectamente?
  • ¿Qué significa el éxito para ti?
  • ¿Qué sueños siempre has tenido? (Pueden estar ocultos en el fondo o en la lista de “tal vez algún día”)

Esta interrogación revela más información útil sobre tu ser auténtico y cómo quiere darse a conocer. Se abierto a recibir respuestas que puedan sorprenderte. Estos son los regalos únicos que aportas al mundo y a las relaciones. Habla con tu pareja o con cualquier persona con la que tengas una relación, hablando abiertamente sobre estos aspectos de ti mismo que has descubierto. Pídeles que compartan contigo sus dones.

3. Espacio Sagrado

El tercer paso consiste en crear un espacio sagrado con otra persona. Al igual que los dos pasos anteriores, esto no tiene que ser complicado, y refleja otra enseñanza de Jesús: “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos” (Mateo 18:20).

Cuando nos conectamos con nuestra verdadera esencia y buscamos unirnos con otros desde este lugar divino interior, nos encontramos en la presencia misma de Dios. Estamos creando un espacio sagrado entre nosotros. El filósofo Martin Buber dijo: “Dios es la electricidad que surge entre dos personas que se relacionan auténtica y humanamente”.

Unity enseña que hay muchos aspectos de Dios. Debido a la abundancia de estos y la dificultad de definir a Dios, podemos centrarnos en algunos aspectos significativos de lo Divino para llevar la presencia de Dios a nuestras relaciones. Dios es luz, amor y vida. Mediante prácticas como la oración, la meditación y las conversaciones reflexivas, podemos establecer una conexión con Dios contemplando y encarnando estas cualidades divinas en nosotros:

La luz pura que nos guía nos permitirá saber qué hacer.

El amor perfecto puede transformar todo a diferencia de sí mismo. Así, el amor que fluye entre dos o más puede ayudarnos a afrontar conflictos, a encontrar soluciones que antes no se revelaban y mucho más.

Revitalizar la vida nos restaura a la plenitud.

Podemos aportar estas cualidades al espacio sagrado que hay entre nosotros cuando nos reunimos con otros seres, ya sean de piel, plumas, pelaje o aletas. Aquí, la presencia de Dios se magnifica, y en esta reunión, nos bendecimos a nosotros mismos, a los demás y a Dios al relacionarnos. Al hacerlo, estamos bendiciendo al mundo.

Acerca del autor

Suzanne Carter es una ministra de Unity y consejera profesional que vive en Denver. Visita UnityWholenessCenter.com para obtener más información (solo en inglés).

Más

No Results