Nuestro momento es ahora
En 1959, a los 13 años, me convertí en una estrella adolescente, gracias a mi exitoso disco "Agujetas de color rosa". Después de varios años de grabaciones, giras y apariciones en cine y televisión, la fama pasó factura. A los 17 años, dejé el mundo del espectáculo. Poco después, me casé. Mi esposo y yo nos mudamos a Missouri, donde nació mi hija. A los 21 años, me divorcié y regresé a California con mi hija Stephanie.
Tenía la esperanza de reanudar mi carrera. Me fui siendo adolescente y regresé como adulta, pensando que, al tener más edad, podría manejar el mundo de la fama. Pero pronto descubrí que ahora era vulnerable a las personas poderosas que se aprovechaban de mujeres jóvenes como yo. Durante años, luché por sobrevivir. Toqué fondo y supe que las cosas tenían que cambiar. Y yo sabía que lo único que podía cambiar era a mí misma.
En esa época, conocí a una practicante de metafísica y de la Ciencia de la Mente, quien, a sus 80 años, irradiaba sabiduría. En nuestro primer encuentro, compartió conmigo la idea de un Dios como amor absoluto e infinito, no aquel ser terrible de ira y venganza que me habían enseñado a temer. Ella había estudiado con Ernest Holmes y me habló de Unity y La Palabra Diaria. Fue entonces cuando descubrí el poder de mi mente y cómo los pensamientos y las palabras positivas podían transformar mi vida, brindándome paz, alegría y plenitud.
Sus enseñanzas dejaron una profunda huella. Me mostró que yo creaba mi realidad con cada palabra que usaba y me enseñó a elegirlas con sumo cuidado. Me advirtió sobre el daño que causaban frases como: "Odio…" o "No puedo permitirme…" (Me di cuenta de que había estado diciendo estas cosas con demasiada frecuencia). Estas expresiones solo alimentaban mi sufrimiento y carencia. Ella me proporcionó afirmaciones positivas que repetía a diario. Me reveló que la afirmación más poderosa era decir "Yo soy", que significa "Dios es", y me instruyó a usarla seguida solo por declaraciones de verdades espirituales y la bondad de Dios.
Mi vida cambió casi de la noche a la mañana. De la negatividad y la depresión, pasé a la felicidad y la paz. Adoptando una actitud optimista, tomé las riendas de mi vida y forjé un camino de bienestar, salud, amor, prosperidad y realización profesional. He permanecido activa en la industria de la música durante décadas como solista, corista, bailarina, compositora, productora y entrenadora vocal. Además, comparto escenario con mi hija Stephanie.
El orden divino está presente en todos y en todo en el Universo. La preocupación y el miedo me mantienen en la desesperación, por eso pongo la esperanza y la fe en su lugar.
Durante los últimos 10 años, me he centrado en utilizar el poder sanador de la música para impactar positivamente en el mundo. He compuesto canciones que abordan temas como la erradicación del terrorismo, el cese de la violencia racial y el control de las armas de fuego. Otras piezas musicales promueven el cambio pacífico, la aceptación y la igualdad. Justo antes de la pandemia de COVID-19, Stephanie y yo escribimos y grabamos un álbum de canciones inspiradoras y motivadoras. Teníamos planes de llevarlo de gira como una presentación musical pero la pandemia cambió radicalmente nuestros planes.
Gracias a mi comprensión espiritual, acepté la situación como una oportunidad para convertir lo negativo en positivo. Mi experiencia personal me ha demostrado que la música es terapéutica, despierta emociones y perdura en la memoria. Puede llegar a la gente de una manera que las meras palabras no pueden. Cantar aumenta el poder sanador de las palabras. Escribí más canciones que podrían ayudar y servir a otros.
La Palabra Diaria dio inicio a mi viaje espiritual y todavía la leo todas las mañanas. Muchas de sus lecciones se reflejan en mi música, tales como: El orden divino está presente en todos y en todo en el Universo. La preocupación y el miedo me mantienen en la desesperación, por eso pongo la esperanza y la fe en su lugar. El presente es un regalo preciado de Dios y depende de nosotros elegir qué hacer con él. ¿Qué harás con el tuyo?