No pierdas de vista tu visión global

Un nuevo año trae consigo la expectativa de nuevos comienzos. Hay una oleada de entusiasmo, la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva, empezamos de cero, sin errores, ¡y eso es emocionante! Si queremos, podemos aprovechar esa energía para hacer de este año el mejor de todos.

Ahora es el momento ideal para hacer fluir nuestra creatividad mientras miramos el futuro, ampliando así nuestras perspectivas a oportunidades brillantes e ilimitadas. Puede que te preguntes por dónde empezar. Todo empieza con una intención clara, decidiendo cómo queremos vivir el año y definiendo en quién queremos convertirnos. A continuación, los objetivos se alinean con estas intenciones, dando forma a nuestras acciones.

Una de las razones por las que los propósitos de Año Nuevo a menudo parecen desvanecerse en febrero es porque nos centramos en cosas específicas que queremos lograr en lugar de en nuestra visión más amplia del año. Ese es el enfoque equivocado. En primer lugar, deberíamos decidir qué vamos a hacer el año que viene. Cuando empezamos a esbozar el panorama general y establecer el tono con ideas generales, los objetivos se vuelven mucho más claros. Podemos dividir estos objetivos en pasos manejables, logrando más a largo plazo mediante pequeños avances constantes.

Cómo establecer intenciones

En primer lugar, hay que soñar despierto. Se puede volver a ello cuando sea necesario, cada hora o cada mes, siempre que haya la necesidad de aclarar tu visión. Todo lo que se necesita es un lugar cómodo, algunas herramientas para anotar tus ideas (papel, grabadora, etc.) y un buen sentido de la curiosidad. Si te ayuda, puedes empezar preguntándote: ¿Cómo sería y cómo viviría mi año ideal? A continuación, deja que tus ideas fluyan. Cuando las tengas anotadas, el siguiente paso consiste en explorar qué tipo de pensamientos, sentimientos y motivaciones te llevarían a ese tipo de vida. Aquí es donde se originan nuestras intenciones

Plantéate estas preguntas:

  • ¿Qué acciones y palabras concretas me ayudarían a crear la vida que deseo?
  • ¿Qué es lo que me hace más feliz?
    Cuando pienso en mi mejor vida, ¿cómo se siente, sabe y parece?
  • ¿Qué palabras me ayudan a sentirme mejor?
  • ¿Qué hago cuando me siento más alegre?

Aunque se admiten más preguntas, pero con esas puedes empezar. Una vez que hayas identificado algunas de las respuestas, es hora de plasmar tus intenciones. He aquí algunas opciones:

  • Dibuja tu visión global, tu deseo general, mientras contemplas en formas viables de hacerlo realidad.
  • Enumera lo que más te importa de la imagen que has creado. ¿Cómo te hace sentir a ti o a los demás? ¿Qué impacto tendría en el mundo que te rodea? ¿Por qué crees que es importante?
  • ¿Qué clase de persona quieres ser en este mundo?
  • Enumera cinco cualidades que admires en los demás y que te gustaría desarrollar en ti mismo.
  • ¿Qué te aportaría mayor felicidad a lo largo del día, semana, mes o año?

Después de explorar estas preguntas, considera la forma en que debes actuar para que se hagan realidad. Al hacerlo, las intenciones podrán manifestarse. Algunos ejemplos son:

  • Me gustaría ayudar a la gente que me rodea a ser más feliz.
  • Me gustaría encontrar formas de hacer la vida más fácil a mis seres queridos.
  • Me gustaría hacer cinco actos de bondad al azar cada semana.
  • Me gustaría ser un gran amigo.
  • Me gustaría sentirme bien por cómo me muestro cada día.

Puedes optar por dejarlo así o profundizar aún más estableciendo objetivos específicos para cada semana, mes o año. Observa cómo cada intención lleva a un objetivo o paso de acción. En otras palabras, cómo quieres ser determina lo que vas a hacer.

  • Quiero expresar mi gratitud. (intención)
    • Esta semana agradeceré al menos a cinco personas por algo por lo que estoy agradecido. (objetivo)
  • Quiero ser más amable con mi hermano o hermana. (intención)
    • Hoy haré tres actos de amabilidad para ellos. (objetivo)
  • Quiero tener sueños felices esta noche. (intención)
    • Antes de irme a dormir, dedicaré cinco minutos a pensar en todas las cosas que me hacen más feliz. (objetivo)

Una vez que establecemos nuestras intenciones, éstas adquieren fuerza y claridad. A medida que experimentamos una vida intencionada, resulta más fácil establecer objetivos. Cuando nos acostumbramos a establecer y alcanzar objetivos, creamos una vida que marca la diferencia porque vivimos con un propósito, con gratitud. No hay mejor momento para empezar que ahora, sea cuando sea. Así es como el presente se convierte en un regalo.

Una oración por los niños al establecer sus intenciones

Me tomo un momento para hacer una pausa en oración y tener presentes a todos los niños del mundo en mi corazón. Visualizo las intenciones de cada niño alineadas con su mejor y más elevada expresión, contribuyendo a crear un mundo mejor para todos. Veo que tienen las herramientas necesarias para lograr sus metas fácilmente disponibles, así como el apoyo justo en el momento preciso para cada paso que den. Como lo imagino y afirmo, así será.

Una oración familiar para establecer intenciones

Como familia, abrimos nuestros corazones en oración. Mientras oramos juntos visualizamos a todos los niños del mundo sintiéndose amados y apoyados mientras imaginan su mejor vida. Los vemos teniendo grandes ideas sobre cómo ser lo mejor de sí mismos y realizando cosas que contribuyan a hacer del mundo un lugar mejor para todos. Vemos a cada niño receptivo a las inspiraciones divinas y poniendo en práctica esas ideas. Al afirmarlo, se hace realidad.

Juntos afirmamos:

Todos los niños son bienvenidos a orar con los asociados del Ministerio de Oración de Unity.

Para oración, llamar al:
1-816-969-2020

Internacionales
01-816-969-2020

Envía tus solicitudes de oración a:

Ministerio de Oración de Unity
1901 NW Blue Parkway
Unity Village, MO 64065

Acerca del autor

Trish Yancey, CSE, LUT, se desempeña como líder espiritual en Unity of Sebring, Florida. Ella es autora del libro en inglés The Heart of Prayer (El corazón de la oración) y otros libros para niños.

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